Platos rotos.
Había caminado el mundo. Había caminado el mundo y ahora no podía combatir su propia fiebre visceral. Los fantasmas de su infancia y una pizca de colores mal pintados en la pared. La pared. La locura. Por qué era ella dueña o esclava de una pared. Y quién dictaba los aconteceres que le enturbiaban el camino. Stop. Nuevo Comienzo.
Nuevo Comienzo.
No quería que el tipo se le acercara. de eso estaba segura. pero algo en el universo la llevaba a buscarlo. y cómo evitar los estados de lujuria o evitar juzgar el modo. El modo no es correcto. Eso por sí misma. Porque después no se siente bien. Porque después no se siente bien. Comer el helado. DESpués escupirlo. Una sarta de confesiones q no le importan a nadie pero para ella son lo más precioso. Lo más precioso. Porque la convierten en hereje. Hereje. Que la juzgue la hoguera si algún día regresa. Su hechicería no es profana. Santos no existen en el concepto de una niña. Ni niña es cuando sus tetas no marchitas saltan al bajar escaleras. Pero ahora estaba aca, con el aliento del otro en su oreja y ella no quería. no quería. no quería. salí piba. salí piba. se dice a sí misma. salite de ahí. salite.
y se fue.
Y se fue.
La luna esta mañana se puso, se ocultó mientras amanecía. su luz era la luz del sol y esa misma luz que rozaba la tierra y mis ojos ven ahora. ahora. se pone la luna. y yo la veo. pero el sol atrás. también lo veo. y yo en el medio. toda siendo humana, huelo el aroma del tiempo.
El aroma del tiempo.
En una época los hombres creían en cosas sagradas y tenían rituales. Y nadie se preguntaba cómo o si si. Pero hoy es raro. ES raro que todo está como ido. porque lo sagrado no suena a sagrado. ni lo no sagrado agrada al corazón. se me nubla cierto diálogo cuando veo la vacuidad de mi propia religión. la ausencia de eso que atina a reemplazar a la inalcanzable certeza. Nubes que me gusta ver en el cielo no acongojan mi espíritu lleno de algo q no alcanzo. Un agua que no bebo. Y podría ser positivista y jugar a que sí. pero que mal me siento a veces. y por qué falta el aliento. Yo hoy creo en ciertas cosas. Creo en los hechiceros y creo en los tiempos dodecafónicos. Aunque no me agrada del todo el sonido de la música no organizada por las armonías predilectas. Algo de costumbre en mi oído y algo de dormida mi alma. Por qué no me susurra al oído? Por qué no escucho en esta tarde de lluvia y calor, bendita tarde de lluvia y calor, los consejos de mí misma? Y mi ser. Y mi ser. Escribir así es un poco como tocar el piano.
sábado
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