Tal era su frío.
La niña Teresa lloró en brazos de su madre.
Y el Sol fue entonces,
chispa de su voluntad.
Tan grande así ella, que en su imaginación vivían cien universos. Entre ellos universo así (el "esto").
Y asomó una noche su pensamiento hacia los colores.
Y ese día yo pintaba con crayones y entré en "ese" estado y la ví. Nos vimos. (Mismísima frecuencia de cuelgue). Aunque su ojo era discordante tal cual ojo de huracán. (Para mi modo de percibir historias).
Y Me voló. Volé. Me salí.
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