viernes

Convergencias



Ahullò al Viento que el Sol no era.
Tal era su frío.

La niña Teresa lloró en brazos de su madre.
Y el Sol fue entonces,

chispa de su voluntad.

Tan grande así ella, que en su imaginación vivían cien universos. Entre ellos universo así (el "esto").

Y asomó una noche su pensamiento hacia los colores.
Y ese día yo pintaba con crayones y entré en "ese" estado y la ví. Nos vimos. (Mismísima frecuencia de cuelgue). Aunque su ojo era discordante tal cual ojo de huracán. (Para mi modo de percibir historias).

Y Me voló. Volé. Me salí.

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