Evolución, la hija del Rey, estaba enfurecida. Su padre le había prometido un paseo por el ambiente terrestre para su cumpleaños.
Aunque éste se encontraba muy cercano, los científicos de la corte no conseguían descubrir el modo de adaptación al medio terrestre. Explicaron que el oxígeno atmosférico no era respirable, que la sequedad del ambiente era tal que colapsaba todo sistema de intercambio gaseoso.
Evolución vio el océano y gritó.
Su grito acabó en un llanto hondo, húmedo, tembloroso. Un grito que ocultaba un miedo; un miedo que ocultó con angustia; una angustia que ahora se manifestaba entera, real, sincera. Tan espasmódico fue el devenir lacrimoso que se le metieron para adentro las branquias y casi al mismo tiempo su válvula flotatoria se llenó de gas. Desmayada por la metamorfosis repentina flotó, flotó, flotó y
¡Zás!
Se salió del agua. Y flotó, flotó, flotó y
¡Zás!
¡Evolución estaba volando!
El contacto con el aire atmosférico la despertó, y del asombro ¡Plaf! Cayó al agua y se hundió, se hundió, se hundió mientras sus branquias recobraban la forma y disposición habitual. Enloquecida por la fabulosa experiencia Evolución le contó a su padre, le contó a la corte, a los científicos… de la invanginación branquial, de la emergencia al mundo negado, del vuelo, de la caída. Su padre no la entendió. La corte se rió. Los científicos le explicaron los límites de su fisiología.
Pasaron lunas y mareas y la misma Evolución pensó que todo había sido un sueño. Pero como lo recordaba tan vívidamente, decidió experimentar por su propia cuenta. Convocó a sus amigos más cercanos y los incitó a la investigación. Tal era su entusiasmo que ninguno se negó. Ella misma se encargó de empujar las branquias hacia adentro, de decirles ¡Ya! Para que la flotación extrema ocurriera, de, de…
Ahora ellos vuelan. Ahora se dejan caer. Pero no se hunden. Flotan. Respiran oxígeno atmosférico. Ríen y admiran delante de ellos lo abstracto de lo desconocido.
Los que vuelan
Los que nadan
Los que andan por la tierra
Los que no se desplazan
Los que parecen plantas
Los que parecen estrellas
Los que nacen
Los que "aparecen"
Unos cantan, Otros juegan.
Julio 2008
SOS UNA ÍDOLA AMIGAAAAAAA!! JAJAJAJA COMO TE AMO GENIAAAAAAAAA
ResponderEliminarBuenas, busco una buena amiga q conoci en Piriápolis y curiosamente se llama Yesica Topakbassian, quizás seas tú o no pero no pierdo nada con saber si lo eres. Fernando.
ResponderEliminarpues sì soy yo! mi email: unmillondeestrellas@gmail.com
Eliminarcuriosamente estuve en piria hace poco!
:)
Yésica